El Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y el Consejo Asesor del EA visitaron el ayuntamiento de Huelva para planificar las celebraciones del centenario del histórico vuelo transatlántico del hidroavión Plus Ultra, que despegó desde Palos de la Frontera en 1926.
La reunión marca el inicio de los preparativos para conmemorar esta gesta de la aviación española.
Numerosos aviadores españoles, triunfaron en la lucha dura y arriesgada contra los elementos, y ensancharon, merced a su valor y a su ciencia, los límites cada día mas dilatados de lo posible. Por ello, el esfuerzo nobilísimo de estos ilustres españoles tuvo una eficacia y una trascendencia que excedían también de las estrechas lindes de las fronteras nacionales y se sumaron a la obra universal y humana de la conquista del aire...
El Plus Ultra es el primer gran vuelo español y el primero en el mundo que consiguió cruzar el Atlántico Sur con un único avión. El avión fue un Hidroavión de canoa Dornier Doj Wal que disponía de dos motores en tándem Napier Lion de 450 CV, una envergadura de 22,5 metros y una longitud de 17,25 metros. Su velocidad máxima era de 185 km/h con un aforo de 3900 litros de combustible, un techo práctico de 3300 metros y una autonomía de 10 horas. Partió del mismo lugar del que siglos atrás, lo hiciera Cristóbal Colón. Así, el 22 de enero de 1926, despegó de Palos de la Frontera para amerizar a 120 kilómetros de Buenos Aires, el 10 de febrero, en medio de un recibimiento apoteósico.
El 5 de abril de 1926, tres Breguet XIX, equipados con los nuevos motores Lorraine de 450 CV, despegaban del aeródromo de Cuatro Vientos con destino a las remotas islas Filipinas. Los pilotaban los capitanes Martínez Esteve, Loriga y Eduardo González-Gallarza, que llevaban como mecánicos a Calvo, Pérez y Arozamena. En la etapa El Cairo-Bagdad, el avión de Martínez Esteve, sufrió una avería en el motor y se vio obligado a aterrizar en el desierto. Loriga y Gallarza continuaron su vuelo y el 24 de abril llegaban al aeródromo de Bien Hoa después de haber mantenido un promedio de 1162, 5 kilómetros por jornada de vuelo y cerca de 700 kilómetros por día de calendario, sobre un recorrido muy cercano a los 14 000 km.
Se inició en diciembre de 1926 y lo realizaron tres hidros Dornier Wal. Al mando de la Patrulla Atlántida estaba el Comandante Rafael Llorente. El propósito del vuelo era militar, político y científico, sin concesiones a la brillantez deportiva. Los hidroaviones tenían como destino la Guinea Española y hasta ella debían volar en formación, sin separarse en ninguna de las nueve etapas en que se dividió el recorrido. La realización fue impecable y el día de Navidad, 15 después de su despegue de Melilla, los hidros llegaban en formación a Santa Isabel de Fernando Poo, capital de la colonia.
Vuelo realizado por los capitanes Jiménez e Iglesias en un avión Breguet XIX TR Bidón, construido por CASA, intentando batir el récord mundial de distancia. El 24 de marzo de 1929 despegaron de nuevo desde Tablada con la pretensión de alcanzar Río de Janeiro. Pero fuertes vientos les obligaron a posarse en Camassary, a 50 kilómetros de Bahía (Brasil), después de casi 44 horas y 6500 kilómetros no consiguiendo batir el récord.
En 1930, el capitán Cipriano Rodríguez Díaz y el teniente Carlos de Haya González conquistan para España sus primeros y únicos records mundiales en la modalidad de velocidad en circuito cerrado. En septiembre de 1929 se asignó el Breguet Gran Raid nº 71, al que se había modificado para largos vuelos dotándosele de cabina cerrada para experimentación. Los preparativos se fueron orientando a obtener la marca de velocidad en circuito cerrado de 5000 kilómetros, en posesión de los franceses Girier y Weiss.
Siguiendo las huellas del vuelo que en 1926 realizó la patrulla de aviones militares pilotados por Esteve, Gallarza y Loriga, un joven piloto civil español de treinta años, Fernando Rein Loring (1902-1978), decidió en 1932 repetir la misma hazaña de unir en vuelo Madrid y Manila, pero esta vez en solitario. No solamente llevó a cabo este vuelo, que estuvo plagado de dificultades técnicas e incidentes de todo tipo, sino que, demostrando una tenacidad y valor extraordinarios, volvió a repetirlo en 1933, esta vez sin problemas.
El Cuatro Vientos era un avión Breguet XIX de patente francesa fabricado por CASA. El plan de vuelo contemplaba saltar desde Sevilla a Camagüey para, una vez en el Continente Americano, volar desde La Habana hasta México DF. El vuelo había despertado una gran expectación tanto en Cuba como en México, donde 60 000 personas esperaban la culminación de la hazaña. El avión despegó de Getafe el 9 de junio de 1933 con destino a Tablada y desde allí, partió al día siguiente hacia Camagüey, donde aterrizó el 11 de junio a las 15:39, tras 40 horas de vuelo sobre el Atlántico. Desafortunadamente, el avión desapareció en el trayecto La Habana - México DF por causas que no han llegado a esclarecerse.
Se considera el vuelo más osado de cuantos emprendiera un aviador civil: el realizado en el verano de 1935, con una avioneta deportiva, Juan Ignacio Pombo Alonso Pesquera, hijo menor de Juan Pombo Ibarra, uno de los más brillantes pioneros de la Aviación e iniciador de una importante familia aeronáutica. Con el apoyo del Gobierno, que le concedió una subvención de 25 000 pesetas, y de la Diputación de Santander, adquirió una avioneta British Aircraft Tagle.2, monoplano de ala baja cantilever, construida en madera contrachapada y dotada de un motor Gipsy Major de 130 CV. en la que se introdujeron las modificaciones necesarias para hacerla capaz de atravesar el Atlántico.